Después de desayunar nos fuimos andando al Castillo de San Felipe, empezó a nublarse, lo cual era de agradecer porque al menos no te daba el sol en la cabeza. El Castillo estaba a un paseito bastante largo desde el hotel.
En esta punta de la ciudad en tráfico es caótico, el ambiente menos turístico y con infinidad de autobuses y moto-taxis que van conduciendo como Dios les da a entender. Ni que decir tiene, que no cogimos ningún transporte... jajajaja
En esta punta de la ciudad en tráfico es caótico, el ambiente menos turístico y con infinidad de autobuses y moto-taxis que van conduciendo como Dios les da a entender. Ni que decir tiene, que no cogimos ningún transporte... jajajaja
. Zapatero a tus zapatos..
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